¿Te gustan las sorpresas y buscas enclaves diferentes para descubrir durante tus vacaciones en Ibiza? ¡Genial! Estás en el lugar indicado. Can Marçà, situada en la zona norte de la isla, es una cueva impresionante que cuenta con más de 100.000 años de antigüedad. La encontrarás en el interior de un acantilado del Port de Sant Miquel, junto a la playa que recibe el mismo nombre.
Lo cierto es que lugares como este nos recuerdan que Ibiza es mucho más que sol y playa. Es un paraíso natural dispuesto a enaltecer todos tus sentidos. Hoy te desvelamos cómo es la cueva de Can Marçà, al detalle.
Una cueva descubierta por contrabandistas
Curioso, pero cierto. La cueva de Can Marçà fue descubierta por un grupo de contrabandistas que utilizaban este espacio para esconder las mercancías con las que traficaban. De hecho, hoy en día aún pueden verse las marcas, con pintura roja o negra, con las que estos señalaron la entrada y la salida de la cueva, que les facilitaría la huida en caso de ser descubiertos.
Con el paso de los años, en la cueva se han ido creando diversas formaciones, como estalactitas, estalagmitas, columnas o coladas, hasta llegar a ser un espacio natural de excepcional belleza, hoy convertido en reclamo turístico.
En los años setenta, un espeleólogo belga se interesó por la cueva de Can Marçà y fue entonces cuando empezaron a explorarse sus galerías, iniciándose poco tiempo después los trabajos de habilitación de la cueva para las posteriores visitas turísticas.
A pesar de que no se conoce la época precisa de su formación, se cree que data del Cuaternario, hace unos dos millones de años. Este lugar, con alrededor de 8.500 metros cuadrados, cuenta con un importante interés geológico, también por el hecho de haber encontrado, en su interior, restos de huesos fósiles de especies animales antiguas.
La cueva se localiza en uno de los acantilados del Port de Sant Miquel, también conocido como Port Balansat. Y para que tengas una referencia, se encuentra a unos 20 kilómetros de la ciudad de Ibiza y a unos 25 de Sant Antoni de Portmany.
Organiza tu visita a la Cueva de Can Marçà
La visita consta de un recorrido de 350 metros que realizarás en, aproximadamente, 35-40 minutos, a lo largo de la cueva. Antes de empezar, lo que más llama la atención de los visitantes es el camino exterior que transcurre sobre los acantilados, a unos doce metros sobre el nivel del mar, y que conduce hasta la entrada de la cueva, punto en el que se da inicio a la visita subterránea.
Desde lo alto de los acantilados, puedes aprovechar la ocasión para contemplar una panorámica excepcional de la bahía del Port de Sant Miquel, con la isla Murada al fondo, un auténtico paraíso para la práctica del buceo.
El recorrido transcurre por la Sala de Entrada, el Templo de Buda o la Sala de la Cascada, lugar en el que podrás disfrutar de un espectáculo de agua, luz y sonido. La visita te llevará también al Lago de los Deseos, del que estacan sus aguas tintadas por la fluoresceína, y también a las Galerías Secas, que te conducirán hasta el final del recorrido subterráneo. La cueva permanece abierta desde mayo hasta octubre en horario de mañana y tarde, y se realizan visitas guiadas cada 30 minutos.